El Museo antes de su creación

Nuestro museo surge gracias a varios factores. Primeramente, nos encontramos con un hecho frecuente en multitud de pueblos olivareros de nuestra geografía, como es el que debido al crecimiento urbano de la población, las almazaras se quedaban en el propio casco urbano local; con el consiguiente impacto medio ambiental y la abundante contaminación generada en su actividad productiva. Este fue el caso de San Bartolomé, que se solventó con la permuta de terrenos entre la Sociedad Cooperativa Olivarera y el Ayuntamiento de San Bartolomé de la Torre. Este último se queda con las instalaciones de la Almazara, y ésta traslada su actividad a las afueras del pueblo. Es así como las piezas del molino pàsan a ser propiedad municipal.

En las antiguas dependencias de la Almazara, donde se conservaban las piezas del que es hoy nuestro museo, se proyecta la construcción de un nuevo edificio destinado a Casa Consistorial, albergando éste en una de sus alas inferiores, dicho Museo. Las piezas fueron sometidas, en primer lugar, a un proceso de limpieza que se llevó a cabo gracias a un campo de trabajo universitario.

Con posterioridad, fueron cubiertas mientras que se realizaba la construcción del edificio municipal. El museo quedó finalmente ubicado en la planta baja de dicho edificio, en su ala izquierda, siento su techo el salón de plenos del Ayuntamiento.

Una vez que se concluyen las obras de construcción del edificio, se procedió a la restauración definitiva de las piezas, que cuentan con la peculiaridad de no haber sufrido ninguna modificación en su ubicación original, es decir, el museo refleja fidedignamente cómo era la almazara originaria. De todas las piezas, sólo se perdieron, por la imposibilidad de conservación, las tinajas de decantación y el sinfín de la tolva.

En el siguiente album de imágenes, se puede apreciar el estado en que estaba la almazara antes de iniciarse el proceso de limpieza.